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Al César lo que es del César: Cristianismo y Política

El presente artículo fue tomado del webinar impartido por el Dr. Harold Segura el 17 de marzo de 2021, en Facebook del Seminario Nazareno de las Américas. Hemos hecho una síntesis cuidadosa para mantener el texto apegado a la presentación. Debido al formato de la revista digital lo hemos ajustado a la estructura de la misma. Agradecemos al Dr. Harold Segura por su amable permiso otorgado para publicar su artículo en Teología Hoy. Si el lector desea oír el webinar como se impartió originalmente puede tener acceso al enlace de Facebook más abajo.

Esperamos que la lectura del artículo sea de su agrado y contribuya a una visión evangélica equilibrada de la vida y el testimonio cristiano contemporáneo.


La presentación de la temática “Al César lo que es del César. Cristianismo y política”,  no pretende ser de carácter doctrinal o dogmático. Más bien su propósito es crear un espacio de diálogo para enriquecer la fe y cómo vivir como ciudadanos del reino de Dios y de nuestros propios países, especialmente en el campo del ámbito social y político

Palabras clave

Política. Cristianismo

Introducción

¿Hasta qué punto y de qué manera es conveniente que el pueblo de Dios se involucre en el espacio público? O ¿es mejor mantenerse a la distancia? Otra pregunta importante que debemos hacer es: ¿Son los partidos políticos cristianos la única manera de participar en el espacio público o hay otras alternativas? Consideremos también, que Dios ha dirigido a ciertas personas a participar en el espacio público, pero a otros no.

Políticos o predicadores

¿Parecería que hoy vivimos una época en la que los predicadores quieren ser políticos y los políticos parecer predicadores? ¿Cuál es la respuesta realmente evangélica ante esta situación? ¿Cómo percibimos nuestros valores evangélicos para actuar en consecuencia? Tomemos en cuenta que no hay una respuesta para todas las situaciones que nos diga qué hay qué hacer. Sino que se requiere el discernimiento en cada caso particular.

1. Criterios socio pastorales orientadores

A. Diferencia entre participación política y partidismo electoral. ¿Cuál es la diferencia? En los últimos 28 años nos hemos involucrado como evangélicos en el partidismo electoral. Pero, consideremos que, una cosa es el partidismo electoral y la otra mucho más amplia es participar en política fuera de los partidos políticos.

B. La necesidad de criterios éticos. Si alguien cree o decide que su participación política la va hacer a través del partidismo electoral, necesita establecer criterios éticos de su participación. En el caso de ser pastor. Creo que un criterio ético sería retirarse de la práctica pastoral. Un ejemplo de esto es Martin Luther King, Jr. Él escribió a su iglesia renunciando a su función pastoral.

C. El apoyo a las actuales causas morales. Se trata de un discernimiento a partir de lo que creemos como evangélicos, tomando decisiones colectivas más que individuales o personales. Debemos preguntarnos: ¿Por qué salimos para apoyar ciertas causas y otras no? ¿A qué marchas salimos y por qué a otras no? Esto un asunto de discernimiento evangélico en comunidad.

D. La importancia de una eclesiología de la unidad en medio de la diversidad. O bien, ¿la iglesia va a ser una comunidad donde todos adoptamos un mismo credo político o donde respetamos las diferencias y crecemos a partir de ellas? Hoy día la declaración de muchas iglesias se ha movido a cierto tipo de confesiones morales más que a confesiones de fe cristiana en sí. Por ejemplo, la pregunta que nos hacemos es: ¿Qué creemos acerca del tal tema? o ¿Por qué candidato vamos a votar? Pero hay otros asuntos más importantes, como, apostar por la diversidad política -y no la uniformidad-dentro de la iglesia. Será así, si creemos que la iglesia donde unidos por el Espíritu podemos pensar de manera diferente, votar por candidatos diferentes y marchar por causas diferentes. Algo como fue la comunidad de discípulos formada por Jesús. Donde había publicanos y zelotes, que en política e ideología eran diametralmente opuestos. Esto es sólo un ejemplo de la diversidad dentro del grupo formado por Jesús.

E. La urgencia de desarrollar procesos formativos para una ciudadanía responsable. Los diferentes ministerios y escuelas bíblicas o de teología han dejado por fuera la formación para una ciudadanía responsable evangélica. Esto no está incluido en los temarios de educación cristiana. Luego, participamos en eventos políticos sin tener formación para una participación ciudadana responsable.

Tenemos poca crítica social. Cuando hay un pueblo poco informado es fácil presa de los movimientos políticos. Y mucho de lo que hay entre los partidos políticos es un interés instrumentalista. No contábamos para ellos cuando los evangélicos éramos una minoría insignificante, pero ahora con el crecimiento del movimiento evangélico en todo el continente lo que parecen buscar es sólo el voto evangélico sin ningún interés en los valores del reino de Dios.

F. La posibilidad de formar un pensamiento social evangélico. Llegamos al siglo XXI sin un pensamiento social evangélico, que piense la política desde los postulados de la Reforma y los orígenes del movimiento evangélico.

2. ¡El gran cambio! 28 años después

Hace 28 años la Fraternidad Teológica Latinoamericana por sus siglas, FTL, hizo un encuentro sobre política y sociedad en Jarabacoa. En este lugar, se hizo la siguiente declaración: “Reconocemos y lamentamos la generalizada apatía e indiferencia del pueblo evangélico…”. Alentó la participación política, pero sin saber hacia dónde iba a crecer.          

Veamos lo sucedido desde entonces:

Hablando del caso de cambio político y presidencial en Bolivia, la BBC News publica el 27 de noviembre de 2019: “La Biblia vuelve a palacio” declaró la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, al tomar posesión el pasado 12 de noviembre. Unos días antes, Fernando Camacho, una de las principales voces en el proceso que llevó a la renuncia de Evo Morales, entró Biblia en mano al mismo edificio declarando que “Dios” volvería al “gobierno”. Los dos son católicos y contaron con el apoyo de sectores conservadores de la Iglesia y de líderes evangélicos para debilitar a Morales”.

Esta declaración se hizo 28 años después de la declaración en Jarabacoa. Como puede observarse, la nota de la BBC News, reporta una participación política de las iglesias que contrasta con la actitud evangélica veintiocho años antes. Desde entonces, la participación electoral y partidista ha venido creciendo de manera notable. Por ejemplo, el primer jefe de Estado evangélico, Efraín Ríos Montt (autoproclamado presidente de Guatemala en marzo de 1982) hasta los recientes hechos de Bolivia (2019).

La iglesia evangélica se ha movido en este lapso de tiempo, de no participar a tomar un partido político y tener representación evangélica en el gobierno de un país. Aclaro, no estamos evaluando el tipo de gobierno aún, sino el hecho de la participación evangélica directa en política partidista.

 En la última década, tal participación ha sorprendido, en particular a los medios de comunicación y a algunos centros de estudios sociales para quienes los evangélicos eran un grupo electoral insignificante, además de un colectivo sin intereses en el “mundillo” político.

Algunos casos recientes:

1.  Plebiscito sobre los Acuerdos de Paz en Colombia (2 de octubre de 2016). Los evangélicos tuvimos una participación muy activa, fuera en contra, o a favor. Actores sociales y políticos se preguntaron en ese momento: ¿de dónde apareció este colectivo evangélico? Sabemos hoy, que ese colectivo evangélico tiene una voz significativa.

2.  Presidencia de Guatemala, ganada por Jimmy Morales, candidato del Frente de Convergencia Nacional (14 enero de 2016). Egresado de un seminario evangélico bautista. Con apoyo de gran parte del pueblo evangélico de Guatemala.

3.  Jair Bolsonaro, presidente de Brasil por el Partido Social Liberal (enero de 2019), apoyado por cientos de miles de evangélicos de su país donde hay 199 diputados y 4 senadores de filiación evangélica (“Bancada evangélica”). Decidiendo tantas cosas, sobre todo las relacionadas con la pandemia de COVID-19.

4.  En Uruguay, el presidente Lucas Lacalle (2015), que ganó después de 15 años de gobiernos de izquierda y quien contó con el apoyo de líderes neopentecostales.

5.  Y, los casos más recientes de presidentes elegidos con significativo apoyo evangélico: Andrés Manuel López Obrador (México, 2018), quien se presentó en una ocasión como “seguidor de Jesucristo”. Contó con el apoyo del pastor Arturo Farela y su confraternidad de casi 7000 iglesias en México.

A los anteriores casos de protagonismo evangélico en el ascenso de presidentes(as) nacionales, se suma también la activa participación en marchas de protesta y otras iniciativas ciudadanas, como, por ejemplo:

1.  Marchas nacionales, “Con mis hijos no te metas”, en oposición a los gobiernos nacionales por la implementación de enfoques de género en la educación y en otras áreas de la administración pública.

2.  Diferentes marchas en varios países de América Latina en contra de la llamada “ideología de género” que, según los participantes, desestabiliza la familia heteroparental (hombre-mujer), promueve la homosexualización de la niñez, la legalización de las industrias abortistas, el matrimonio homosexual, el cambio de sexo y atenta contra los valores tradicionales: Perú (2016), Colombia (2016), Panamá (2017), Costa Rica (2016), Argentina (2018), Ecuador (2017) …etc., y la lista sigue.

3.  Perú (julio de 2018), participación en las marchas públicas antisoborno y anticorrupción.

4.  Chile, marchas a favor de reformas sociales (octubre de 2019) y participación en el plebiscito por una nueva Constitución (Septiembre de 2020). Uno sector a favor del gobierno y otro sector evangélico pidiendo reformas sociales y nueva constitución.

Esta última participación política no es tan reciente, pero es diferente en cuanto a modalidades, contenidos, objetivos y causas. Es, además, una participación creciente, aún más, desde que las cifras demográficas registran un significativo aumento de la población evangélica en nuestros países. Esta participación evangélica va creciendo, y crece más conforme crece la población evangélica. ¡Es un cambio demográfico atractivo!

Crecimiento demográfico evangélico y creciente participación política evangélica

En la investigación de Pew Research Center: Religion in Latin America1 se confirma el crecimiento vertiginoso del sector evangélico en esta parte del mundo que, en 2014, alcanzó el 19% de la población frente a 69% de católicos. Solo para tener una idea del grado de aceleración de este crecimiento en las últimas décadas, se estima que en 1910 el 94% de los latinoamericanos era católico y solo cerca de 1%, evangélico. En 1950 los evangélicos alcanzan el 3% y los católicos permanecen en el 94%. En 1970, los católicos descienden a 92% y los evangélicos suben a 4% de la población. Se advierte, por lo tanto, que el gran impulso de crecimiento (15%) ocurrió en un periodo de poco más de 40 años. Consideremos algunos asuntos en particular:

  • Una diferencia sustancial que se observa en las nuevas modalidades de participación política, es el efecto regresivo al respeto de los Derechos Humanos. La historia del protestantismo latinoamericano, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX se caracterizó por la defensa de esos derechos, mientras que en la actualidad en el movimiento evangélico considera que, algunos de esos derechos -antes defendidos-, atentan contra los valores de la fe.
  • Una de las preguntas críticas que se debe plantear para el discernimiento de este tema, es por el lugar del enfoque misionológico denominado Misión Integral. Corresponde preguntar: ¿cuál fue su influencia? ¿por qué no logró influenciar la conciencia política con enfoque de justicia, tanto como sí lo hizo en la actividad social de enfoque asistencial? Se habló de misión integral. Pero dejamos por fuera la justicia social y política. Parece que todo se redujo a la asistencia social, pero que es insuficiente para la transformación social.
  • Ante el nuevo panorama social, económico y político que se avecina después de la pandemia, es más que urgente que como cristianos evangélicos, nos preguntemos por nuestro lugar social en el continente y las modalidades de participación política que necesitamos asumir en vías de ser fermento de justicia, paz, equidad y trasformación integral. En la presente década vamos a tener un continente más pobre y desigual. Además, del incremento de la violencia. Ante todo, este panorama, es más urgente que como evangélicos nos preguntemos por nuestro lugar y participación política, para que tengamos una América Latina más igual, justa y digna.

3. Pautas pastorales para la acción socio-política

A. La ciudadanía del Reino celestial se vive en medio de las exigencias de la ciudadanía de las estructuras sociales terrenales. Así lo entendemos desde los textos del Primero y Segundo Testamento, pasando por la larga e intrincada historia de nuestra fe, en particular la que más atañe a nuestra identidad evangélica: las reformas del siglo XVI y los siglos siguientes. Por lo tanto, vivimos la esperanza del más allá comprometiéndonos con los afanes del más acá.

Parte de nuestra misión es ser sal y luz. La ciudadanía del reino de Dios se vive como ciudadanos del mundo. El mundo es el espacio de misión. Así entiendo el mensaje del Antiguo y Nuevo Testamento. Lutero, Calvino, los bautistas, los metodistas, todos ellos participaron en la vida pública de su época y provocaron cambios sociales y políticos.

B. La participación en nuestra ciudadanía de las estructuras sociales y políticas se rige por:

  1. Los valores centrales de la ética del Reino (amor, justicia, paz y misericordia).
  2. Los dones y talentos otorgados por el Espíritu.
  3. El llamamiento y discernimiento vocacional que cada persona sienta, y
  4. El modelo de vida y enseñanzas del Maestro. Las grandes preocupaciones de Jesús no fueron los asuntos morales, sino el pecado que hace sufrir al ser humano. Se opuso a la actitud de exclusión de sus discípulos que trataron de alejar a los niños de Jesús. Debemos preguntarnos: ¿Qué nos preocupa a partir de lo que le preocupó a Jesús? Él se preocupó por: alimentación, salud y armonía, o sea, inclusión social. Entre otros asuntos que orientaron el ministerio de Jesús. La vía del cambio no la buscó de arriba desde el poder político, hacia abajo, sino desde abajo, con la familia, y en el barrio.

C. Nuestra doble ciudadanía (reinado de Dios y gobiernos de la tierra), se vive según nuestros valores y tradiciones evangélicas, en todos los espacios posibles de acción social, política y cultural y no necesariamente de manera partidista o electoral. Porque el fin no es el poder político, sino la trasformación profunda de nuestras maneras de vivir en sociedad. Su horizonte, entonces, no es un partido, sino el reino de Dios y su justicia. El fin no es el poder político, sino la transformación profunda en las maneras de vivir con justicia en sociedad.

D. Sobre la participación cristiana en los procesos sociales, políticos y culturales (evangelización de la cultura), las leyes no deberían ser vistas como mecanismos para la imposición de los valores de la fe, sino como mecanismos de regulación de la vida social, para que vivamos en paz y armonía, en medio del pluralismo y la divergencia que hoy, más que nunca, estamos presenciando en nuestro continente.

Conclusión

Tenemos valores de los que debemos preguntarnos cómo los vamos a proponer para que se conviertan en práctica social. No se trata legislar las creencias de la fe. Es un error. Algunos valores son mis valores como cristiano evangélico, pero no los de la sociedad. Lo que crea sobre tantos temas polémicos, son mis valores, pero no puedo imponerlos. Se trata del respeto por la libertad de conciencia. No necesitamos leyes que por decreto nos conviertan en cristianos. Más bien necesitamos leyes que nos permitan convivir como humanos, en una sociedad, plural, diversa y divergente.

      “El cristiano es un hombre libre, señor de todo y no sometido a nadie. El cristiano es un siervo, al servicio de todo, y a todos sometido. La libertad y el servicio”.

–Martin Lutero-La libertad del cristiano, 1520

*Este tema fue presentado en el webinar del 17 de marzo de 2021

Usted puede escucharlo en este enlace.

https://www.facebook.com/SeminarioNazarenoCR/videos/725060054854423/

**Responsable de la transcripción: Dr. Marco A. Velasco


Dr. Harold Segura

Es pastor evangélico bautista, teólogo y administrador de empresas. Miembro de la “Fraternidad Teológica Latinoamericana” (FTL) y de la Junta Internacional del Movimiento “Juntos con la Niñez y la Juventud” (MJNJ). Desde el 2013, forma parte del Consejo Coordinador del “Proyecto Centralidad de la Niñez“, del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Pastoral da Crianca y World Vision. Fue rector del Seminario Teológico Bautista Internacional (1995-2000), hoy Fundación Universitaria Bautista, y actualmente es Director de Relaciones Eclesiásticas e Identidad Cristiana de «World Vision» para América Latina y El Caribe. Nacido en Cali, Colombia y residente en San José, Costa Rica. Está casado con Marilú Navarro y es padre de dos hijos.

 

Referencias:
1  https://www.pewresearch.org/religion/2014/11/13/religion-in-latin-america/

Publicado enTeología Pastoral