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Dios escoge lo que el hombre rechaza. Una aproximación a la discriminación racial.

La sociedad no puede permanecer en silencio ante la injusticia ni la iglesia tampoco. ¿Cuánta división racial, discriminación, prejuicios y estereotipos se infiltran donde no debe existir ninguno – nuestras iglesias y familias – abierta o encubiertamente? Es tiempo de hacer alto en nuestras agendas ocupadas: escuchemos las historias de otros, reflexionemos y respondamos a su voz. La iglesia es llamada a ser una comunidad inclusiva y hospitalaria.  

Palabras clave

Estereotipo. Raza, Discriminación. Estereotipo.

Introducción

La sociedad no puede permanecer en silencio ante la injusticia ni la iglesia tampoco. Aunque movimientos como:  Black Lives Matter (las vidas negras importan), múltiples protestas, causalidades en Europa, Sudáfrica y otros países han polarizado su atención a la tensión racial blanco/negra bien conocida, no son es el único conflicto interétnico ni se trata de algo nuevo. La pandemia actual parece ser el agente catalizador que provoca agudas reacciones a problemáticas profundas que han permanecido adormecidas o invisibles. 

La discriminación racial es solo una entre varios tipos de discriminación. Traspasa fronteras, alcanzando hasta los países mas pequeños, remotos y empobrecidos.

Sabemos que Dios nos llama como sus hijos a ser como es Él. Sin embargo, a veces existe una brecha entre nuestra teología del domingo y la del lunes. Es tiempo que, como comunidad global de fe, reconciliación, compasión y santidad hablemos del tema – aunque nos provoque incomodidad.  Ya sea que nos sintamos preparados o no debemos encarar la conversación. 

¿Cuánta división racial, discriminación, prejuicios y estereotipos se infiltran donde no debe existir ninguno – nuestras iglesias y familias – abierta o encubiertamente? Es tiempo de hacer alto en nuestras agendas ocupadas, es tiempo de que escuchemos las historias de otros, reflexionemos y respondamos a su voz.  

Abracemos la nueva identidad que tenemos en Cristo

Unas dos décadas atrás durante mi jornada misionera en África conocí a un joven talentoso y trabajador que era maestro de educación primaria en Guinea Ecuatorial, la única colonia española en ese continente. Su salario era modesto, pero no suficiente. Un día, en amarga queja, golpea la mesa de esa habitación, alza su voz sin poder detener las lagrimas y dirigiéndose a mi dijo:

¿Porqué si Dios me ama me hizo negro?

Tomada por sorpresa, no supe como reaccionar ni qué responder. Enfrentaba mis propias luchas, inseguridades y choque cultural. Esa pregunta caló hasta lo mas profundo de mi ser. Una lección que debía aprender y rápido, era estar consciente que por ser originaria de este ‘lado’ del océano, y por tener piel menos oscura, a los ojos del guineano todos nosotros somos ricos, y con posibilidades que ellos no tienen o tendrán jamás. Fue la primera – y ultima vez- que me sentí “blanca”. Mi tez bronceada y achocolatada en verano y mis rasgos Latinos delatan mi origen.  Pertenezco a un grupo autóctono de los zapotecas en el sur de Oaxaca, México. Mi padre aprendió a hablar zapoteco como su primera lengua. Sus padres, mis abuelos, no hablaban español fluídamente. Sin embargo, en ese momento y contexto particular, yo pertenecía al grupo dominante occidental 

Este joven, paulatinamente comprendió que Dios le amaba y había sido creado exactamente como él era por una razón especial. El debía encarnar su identidad en Cristo. Una década después, me enteré que este joven había llegado a ocupar una de las asignaciones mas prominentes en la iglesia del Nazareno en ese país donde sigue estando por el designio increíble y la fidelidad de Dios. Sus planes, por excelencia exceden nuestra visión.  Me pregunto qué pasaría si tan solo confiáramos más en Él y respetamos su tiempo. 

Habrá latinoamericanos que cuestionemos, así como el joven africano mencionado,

¿Porqué si Dios me ama me hizo…mexicano, salvadoreño, o nicaragüense? 

Habrá guatemaltecos o nicaragüenses de la zona rural que se pregunten: 

¿Por que si Dios me ama no me permitió nacer en la ciudad? 

Aunque no pretendo discutir el complejo tema de la pobreza en América Latina, ni cuestionar el porqué un Dios de amor permite pruebas a sus hijos, hay algunas lecciones claves que tal vez debemos considerar. Propongo que nos aceptemos a nosotros mismos como únicos, especial creación, y tesoro de Dios.

Cada célula, tejido, órgano y sistema de nuestro cuerpo ha sido cuidadosa, delicada y perfectamente puesto donde debe estar para constituir la persona que Él ha tenido en mente. Ninguno de nosotros escoge los padres que queremos tener, donde queremos nacer, ni que lengua deseamos hablar:  Sin embargo, sí podemos confiar que hemos sido diseñados exactamente como somos y puestos donde estamos por un propósito divino.

¡Abracemos la nueva identidad que tenemos en Cristo!

No podemos cambiar el mundo y su percepción estereotipada de nosotros, pero podemos cambiar nuestra actitud hacia los demás y como respondemos al estigma. 

Estereotipos, Discriminación y Racismo

No pude detener las lagrimas mientras observaba petrificada las escenas televisivas del canal 4 en Nuevo México sobre el abuso y maltrato de Jorge Floyd, un norteamericano de raza negra, con derechos de sangre de tener un pasaporte americano, odiado y maltratado y asesinado debido al color de piel. Varios pensamientos cruzaron por mi mente. “¿Quién nos creemos que somos al tratar de esa forma a otro ser humano?”; ¿Porqué este incidente ocurre ahora, en este tiempo de pandemia?”, “¿Qué podemos esperar del maltrato a otras minorías infra representadas como la hispana, asiática, africana? Este incidente racial en los Estados Unidos atrajo la atención mundial de instituciones, gobiernos, grupos de activistas, derechos humanos y la iglesia. A pesar de haber tenido un presidente afroamericano recientemente y la esclavitud abolida en 1865, aun hay vestigios de esta desigualdad de raza y poder. 

  Antes de repasar estos tres conceptos arriba mencionados relacionados a nuestro tema de discusión, recordemos la relación entre actitudes, conocimiento y prácticas como normas de conducta en el ser humano. El conocimiento que recibimos sobre determinada variable, por ejemplo, un extranjero, permite que nos forjemos una actitud (positiva, negativa o neutra) al respecto y en consecuencia actuamos. En base a lo que aprendemos y sabemos decidimos cómo actuar y qué hacer. 

Los estereotipos son percepciones exageradas basadas en alguna clase de prejuicio, asociaciones mentales difíciles de cambiar por la asociación previa o conexiones que hemos formado durante un tiempo o toda la vida. Los estereotipos son implícitos o explícitos. Algunos expertos explican un estereotipo como el que dibuja una idea mental de un extraño en los primeros 30 segundos.  Cambiarlos, toma un considerable esfuerzo, pero es posible romperlos. Algunos estereotipos populares serian que el mexicano (en el contexto de los Estados Unidos) es indocumentado, no educado, procrastina para mañana lo que debiera hacer hoy y le gustan las fiestas; los colombianos tienen algo que ver con la droga, y los argentinos muestran superioridad sobre los demás.

Thomas, misionera anglosajona en Sudamérica explica que los estereotipos exagerados conducen al racismo,

“…. Hermanos latinoamericanos, cuidado con exageraciones y la tendencia de ver a todos con lentes de racismo (estereotipos llevados al extremo) …”

El racismo es la exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive; “es la creencia que la raza es el determinante principal de las capacidades y rasgos del ser humano. Otorga un sentido particular de superioridad inherente de una raza en particular.

Discriminación hacia personas más vulnerables

“Pareciera que el valor de una persona depende de lo que traiga puesto, tatuajes, piercings, tipo de ropa y calzado y hacemos una categorización mental instantánea “aceptable” y “no aceptable”. Como humanos, sociedad ética, política y religiosa aceptamos a unos dando cordial bienvenida y rechazamos o degradamos a otros. Catalogamos “dentro/fuera” aún sin pensar.

En cada sociedad existen los que “no encajan”, “minorías”, “segunda clase”, “no pertenece”, “no aceptable, “legal/no legal” (aunque el termino más correcto seria documentado/indocumentado), “negro/blanco/moreno”. Cada una de estas etiquetas dañan mas emocionalmente que cualquier maltrato físico. Los pobres, la gente de la calle, alcohólicos, drogadictos, inmigrantes especialmente los recién llegados sin documentos, los aborígenes en América Latina como los nativos americanos figuran dentro de este vasto grupo de vulnerables. 

Cada uno de ellos tienen un nombre, apellido y una historia – si tomamos tiempo de escuchar.

La comunidad VIH+

Un tiempo atrás, coordiné y apoyé programas de ministerios de compasión dirigidas a traer conciencia y apoyar el ministerio que ayuda a la comunidad VIH positiva. Ellos son los más mal entendidos, estigmatizados y prejuzgados del mundo. El estar cerca de estas personas transformó mi entendimiento del amor incondicional y como un espejo, mostró mi poca tolerancia y estereotipos hacia personas con un estilo de vida homosexual – uno de los grupos de riesgo. No se sienten bienvenidos, entendidos por la comunidad ni la iglesia. Pareciera que su trasfondo dudoso o escandaloso, desconocimiento de las vías de transmisión o asociaciones mentales rápidas (estereotipos) impiden que los amemos y aceptemos, especialmente si se ven muy enfermos. Tememos contaminarnos. Tememos lo que no sabemos. Tememos lo que no podemos controlar.

Los pobres

La pobreza ocurre en todas las razas y países. América Latina no es el continente con más pobreza mundial, pero las estadísticas no son alentadoras. “…desde 2015 en América Latina, un 30,1% de la población de la región se encontraba bajo la línea de pobreza en 2018, mientras que un 10,7% vivía en situación de pobreza extrema, … en 2019, según las proyecciones de la CEPAL”

Existen diversas clases de pobreza: material, psicológica y cultural-espiritual; cuando el grupo en poder impone su imagen, color, físico, psicología, comida, lenguaje, acento, humor, religión, les roban su propia identidad. Esta última es la peor pobreza porque nos quita la dignidad, y quienes somos en Dios. La pobreza material o socioeconómica es la más visible, “condición escandalosa”.

Jesús vino al mundo sin ningún tipo de privilegio o estatus social, como esclavo, los sin voz, oprimidos, marginados, pecadores, el más inferior en la escala social, pero exactamente por eso podemos alcanzar salvación. El vino para sentarse a la mesa de aquellos que tenían muy poco que ofrecer. Incluso vistió como uno de ellos. En el “diccionario” de Jesús, los pobres lo tenían todo: 

Lucas 6:20 “Volviendo su vista hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios”

Gutiérrez da valiosas aportaciones en el tema del pobre, como alguien quien tiene voz, imagen y dignidad:

“La antropología hispana le da un lugar y valor a cada persona hispana, y valor en relación con el resto de la creación aun el más alienado cultural, abandonado o pobre tiene algo de valor que dar. Las iglesias del pobre tienen mucho que dar: esperanza”

San Francisco de Asís y la madre Teresa de Calcuta también estaban convencidos que Dios escoge lo que el mundo rechaza y escogieron un modelo de absoluta pobreza.

La discriminación en la iglesia

Nos adentramos a un tema espinoso. La discriminación se infiltra en todos lugares aún en los que deben ser los más santos, la iglesia. Sin embargo, la naturaleza de la iglesia cristiana es inclusiva y sin barreras. 

Dos adolescentes hispanos y una jovencita nativo americana fueron discriminados en una iglesia de la ciudad de clase alta y blanca, por no “encajar en el molde”. 

“Dos de nuestros jovencitos hispanos asistieron a una escuela vacacional predominantemente anglo, pero se sintieron profundamente heridos al ser llamados “mexican” en tono despectivo. En lagrimas, decidieron nunca volver…

Una señora blanca reprendió a su hija, por “no escoger bien a sus amistades” al jugar con una adolescente nativo-americana de escasos 12 años”

La tesis doctoral de la autora mostró en una muestra pequeña de compañeros pastores de iglesias locales, en el distrito que existe discriminación, reserva, temor, e indiferencia hacia involucrarse más en un ministerio inmigrante indocumentado. La mayoría de los pastores encuestados le darían la bienvenida a cualquier indocumentado, pero motivarían a volver a su país de origen y regresar por las vías legales. De éstos, solo un 8% los percibió positivamente. Es decir, la gran mayoría daría un apretón de manos el domingo, pero posiblemente no el resto de la semana. Interpretaba su presencia negativamente (amenaza, ocupan trabajos de locales, usan beneficios del gobierno, o son criminales). Cuando se preguntó al subgrupo de líderes expertos en inmigración, ¿cuántos pastores predicarían sobre discriminación un domingo por la mañana?, la mayoría dijo “raramente”. 

“¿Cómo hacemos que se interesen en el tema?” – fue una de las preguntas más frecuentemente expresadas por aquellos que sí estaban involucrados. ¿Cómo rompemos el temor y aún lo más difícil, la indiferencia?

El racismo es pecado.

El racismo es un problema sistémico. Es un crimen contra Dios mismo y por ello tiene que ser confrontado y expuesto. Jerusalén debe ser confrontado”. Como iglesia tenemos que decir algo y hacer algo al respecto. 

Elizondo dice,

La supremacía de raza blanca occidental domina en tal forma que aun gentes bien intencionadas actúan racistamente sin darse cuenta. Es la ceguera racial en Norteamérica (no solo Norteamérica, sino el resto de América Latina y todo el mundo – énfasis de la autora). El racismo, etnocentrismo está infiltrado en todo, la televisión, instituciones, literatura, entretenimiento, matrimonios, relaciones, finanzas y aún simbolismo religioso.”

Jesús, el galileo y el refugiado, fue mal interpretado, rechazado aún por lo suyos; estigmatizado, estereotipado, perseguido y huido a Egipto, y eventualmente llevado a la cruz.
Jesús entiende el lenguaje del inmigrante, refugiado, y más vulnerable de hoy porque el mismo lo experimentó. 

Elizondo recalca “tanto judíos en tiempos de Cristo como los Latinoamericanos campesinos hoy están en la misma categoría de experimentar pobreza. La marginación cultural doble del mestizo en su búsqueda de identidad y pertenencia es similar a la de Galilea.

Este rechazo o discriminación puede verse aún hasta en círculos católicos y protestantes. Virgilio Elizondo critica la actitud de los mismos párrocos, quienes expresan,

“Váyanse de aquí, esta no es tu iglesia… (porque) respetables católicos no quieren adorar con …mexicanos”

El clamor del evangelio

  1. Los seres humanos tenemos un valor incomparable.

“Mi embrión vieron sus ojos y en su libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas”

  1. Los seres humanos somos todos iguales, poseemos un atributo innato. La dignidad y también tenemos derechos y obligaciones.
  2. Los cristianos tenemos una nueva identidad en Cristo, un sentido de pertenencia y un sentido de responsabilidad. 
  3. Los cristianos somos llamados a ser lo que el mundo no es: Hospitalarios, porque Cristo lo es. Aún necesitamos extender nuestra capacidad de tolerarnos, y dar lugar a alguien que es diferente que nosotros. Aún necesitamos extender nuestra capacidad de tolerarnos, y dar lugar a alguien que es diferente que nosotros. 
  4. La iglesia es llamada a ser una comunidad inclusiva, hospitalaria.  ‘La iglesia que Jesús quería’, capitulo escrito por el mexicano Mariano Ávila en La iglesia latinoamericana, su vida y su misión; Making Room de Christine Pool y Church on the way de Nell Sweeden, actual coordinadora global de ministerios de compasión de la Iglesia del Nazareno; enfatizan todos y cada uno, la importancia de ser hospitalarios. 

Vayamos a la narrativa bíblica. Aunque no existe abiertamente el término racismo en la biblia, hay varias historias o ejemplos de estos en la historia del pueblo de Dios tanto el A.T. como el N.T., incluso algunos milagros sobrenaturales al intervenir el espíritu de Dios en sus vidas haciendo posible lo imposible.

José, a quien Dios elevó de prisionero y rechazado por sus hermanos a gobernante de Egipto para cuidar de su pueblo en tiempo de sequía; Ester, quien pasó de ser una huérfana, judía y pobre a ser reina de Israel y con autoridad de cambiar el destino de una nación; David, quien fue ungido y escogido por Dios para ser el nuevo rey aun siendo un jovencito inexperto y pastor de ovejas ante la sorpresa de su padre, hermanos y Samuel. La historia del mismo Jesús de Nazaret en los evangelios,

“Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve” (Juan 1:46 RV60 )

¿Si Jesús siendo Cristo encarnado sufrió rechazo y malos entendidos, qué podemos esperar del resto de nosotros, ordinarios, simples y comunes siervos? 

¡Dios escoge lo que el hombre rechaza!

¿Qué dicen los nazarenos sobre la discriminación?

Juan Wesley también se preocupó por los más necesitados de su tiempo. Desde un inicio de su ministerio, los vulnerables, pobres, huérfanos, ancianos, prisioneros, viudas. Con su testimonio más que sus palabras desafió a otros a hacer vivir este mandato: “dar comida al hambriento, vestir al desnudo, asistir al extranjero, visitar al enfermo, confortar al afligido, instruir al ignorante, reprobar al impío, exhortar y animar al fiel…”

Si el Sr. Wesley estuviera entre nosotros hoy, podríamos preguntarle en el aula de estudio de un seminario una explicación más a profundidad de su teología social, ejemplos que clarificaran su punto o de la correlación entre santidad, compasión, y discriminación pero mientras nosotros estuviéramos en el aula, el estaría listo y dispuesto, camisa remangada, en la calle buscando a los rechazados de la sociedad, drogadictos, borrachos, o indocumentados en la frontera, aliviando su dolor en cualquier forma posible. 

Ministerios de compasión de la Iglesia del Nazareno ha sido las manos de la organización que brinda atención y cuidado al mas necesitado y vulnerable.  Solo basta ir a su pagina web para darnos cuenta de cuántos programas de beneficio a los más vulnerables del mundo existen. Aun así, el trabajo es vasto para unos tan solo unos pocos. 

El mismo Manual de la denominación tiene artículos sobre discriminación y cuidado al vulnerable, aunque están en el apéndice– no siempre leído por todos. Otros dictámenes sobre esto de los superintendentes generales se han publicado, pero no siempre llega la información al nivel local. 

Del Manual de la Iglesia del Nazareno (2017-2021) resaltamos los siguientes extractos:

915. Discriminación

La Iglesia del Nazareno reitera su posición histórica de compasión cristiana hacia personas de todas las razas. Creemos que Dios es el Creador de todas las personas y que de una sola sangre son todos creados. Creemos que cada individuo, cualquiera que sea su raza, color, sexo o credo, debe gozar de igualdad ante la ley, incluyendo el derecho de votar, el acceso a oportunidades educativas, el acceso a todos los sitios públicos, e igual oportunidad, de acuerdo con su propia capacidad, de ganar su sustento libre de toda discriminación laboral o económica

916. Maltrato a los indefensos

La Iglesia del Nazareno aborrece el maltrato de toda persona, de cualquier edad o sexo y hace un llamado a que se aumente la conciencia publica sobre el mismo a través de sus publicaciones y proveyendo información educativa apropiada.

917. Responsabilidad hacia los pobres

La Iglesia del Nazareno cree que Jesús mandó a sus discípulos que establecieran una relación especial con los pobres de este mundo; que la iglesia de Cristo debe, en primer lugar, mantenerse sencilla y libre de toda inclinación hacia la riqueza y la extravagancia y, en segundo lugar, dedicarse a cuidar, alimentar, vestir y dar refugio a los pobres. En toda la Biblia y en la vida y ejemplo de Jesús, Dios ayuda y se identifica con los pobres, los oprimidos y los indefensos en la sociedad.

¿Qué podemos hacer hoy tú y yo personalmente?

El llamado a ser un agente de cambio global comienza a nivel personal. Las conferencias, seminarios, predicaciones sobre racismo o marchas de protesta tienen lugar en su tiempo. Podemos comenzar al admitir nuestros errores, pidiendo perdón a quien hemos ofendido, y orando que Dios abra nuestros ojos. 

Hemos de eliminar la ceguera racial que nos impide ver el mundo maravilloso, diverso, multi-étnico, multi-cultural y multi-color que Él creo. Sólo así podremos ver al invisible. Aquellos que encontramos cada día en las esquinas, en la calle, los hispanos que trabajan arduamente, esa abuela indígena que vende tamales o pan. Abrir nuestras mentes, corazones y las puertas de nuestro hogar e iglesia, y mostrarles el amor incondicional del Padre.

Reconozcamos lo siguiente:

Dios escoge lo que el hombre rechaza:

  • Dios escoge al pobre con intencionalidad y amor preferencial para avergonzar al rico y poderoso.
  • Dios escoge al “impuro” racialmente con un propósito específico.
  • Dios escoge la escoria del mundo para mostrarnos que Él no hace acepción de personas. Él hace todo con nada, pues quien es Extraordinario es él. 

¿Que podemos hacer como iglesia local?

Reconozcamos a los héroes y heroínas entre nosotros. Entre algunos ejemplos:  (1) la hna. Marroquín en Chiapas, México, quien abrió puertas de su congregación y su hogar para los migrantes de origen haitiano, (2) Carlos Betanzos quien coordina Brigadas Médicas en México, activamente sirve a la población mas pobre en el sur y centro del territorio mexicano, movilizó su equipo después del temblor del 2017 y en el 2018 acompañaron a la caravana migrante mayor en su trayectoria hacia el norte (3) los hermanos Wayne y Alex (uno de ellos es anglo y el otro hispano de segunda generación), en El Paso coordinaron la respuesta del distrito NM hacia los refugiados que fueron dejados en las estaciones de autobús sin dinero, ropa, o un traductor (4) el Dr. Mark en Brownsville, quien cruza el puente hacia Matamoros México, para ministrar en las colonias cada semana, y un sin fin de siervos anónimos 

Cambiemos nuestra actitud. Seamos más hospitalarios. Veamos lo interno, no lo externo; y si ayudamos, lo hagamos no desde un lugar de privilegio o poder, sino ahí, desde las empolvadas calles de Jerusalén – de la frontera, o la misma esquina de la iglesia).

Escuchemos las historias sin interrupciones.

Estemos abiertos a las oportunidades de servir a los más vulnerables, mujeres, niños, y familias en el margen. Estas son incontables y están en todos lados. Incluso en la misma esquina de la iglesia. 

“Hagamos espacio” en nuestras agendas apretadas para el menor de estos, a caminar con el que sufre, aún aquellos con dudosa reputación, o extranjeros. 

Si Pablo estuviera entre nosotros nos recordaría Romanos 13. Posiblemente nos invitaría a dejar el legalismo, como un día él lo hizo. Dejemos de consumir tiempo, fuerzas, fondos y ánimo en asuntos secundarios y enfocarnos en lo que es esencial para la misión. En las palabras de Jesús esto es: “Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer:” (Marcos 8:2 RV60).

Conclusión

La oración de la autora es que, así como Ester se levanto en determinación y obediencia al llamado de Dios para los tiempos críticos que vivía ella y su nación, nosotros nos levantemos en su nombre en tiempos como éstos. No ministramos ni dirigimos desde un palacio, pero nuestra voz cuenta. ¡No podemos olvidar de donde venimos y quien somos! Valemos la misma sangre de Jesús. 


Érika Ríos Hasenauer
Nacida en Oaxaca, México. Médica de profesión. Reside actualmente en los Estados Unidos. Tiene una Maestría en Ciencias de la Religión del Seminario Nazareno de las Américas de Costa Rica y un Doctorado en Ministerio del Seminario Teológico Nazareno en Kansas City, MO.

Bibliografía
Ávila Arteaga, Mariano. En la iglesia Latinoamericana. Su vida y su misión. Buenos Aires, Argentina: Certeza Argentina, 2011.

Elizondo, Virgilio. Jesus of Galilea: a God of incredible surprises. Chicago, IL: Loyola Press, 2007/

Manual de la Iglesia del Nazareno 2017-2021. Kansas City. MO: Casa Nazarena de Publicaciones, 2018.

Pohl, Christine Dorothy. Making Room: Recovering Hospitality as a Christian Tradition. Grand Rapids: Wm.B.Eerfmans Publishing Company, 1999.

Ríos Hasenauer Erika, Acercamiento pastoral a la inmigración indocumentada en la frontera sur de los E.U. Tesis Doctoral. Nazarene Theological Seminary de Kansas City, 2020

Sweeden Nell, Church on the way. Hospitality and Migration. Tesis doctoral. Boston University, 2012.

Thomas Nancy. En la iglesia Latinoamericana. Su vida y su misión. Buenos Aires,  Argentina: Certeza Argentina, 2011.

Artículos en línea

https://www.ahaprocess.com

https://www.cepal.org

https://www.history.com/this-day-in-history/slavery-abolished-in-america

https://www.rae.es

https://www.transformaelmundo.com Rios Hasenauer Erika, “Es tiempo” Wesley Center Online, Northwest Nazarene University, “Sermon 26: Upon Our Lord’s Sermon on the Mount: Discourse 6” http://wesley.nnu.edu/john-wesley/the-sermons-of-john-wesley-1872-edition/sermon-26-upon-our-lords-sermon-on-the-mount-discourse-six/

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