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Respaldados por Dios

En todo momento, aún en medio de su aflicción y su cansancio físico, emocional y espiritual Dios cuida de aquellos a quienes llama al liderazgo espiritual. Elías encerrado en la cueva es la imagen de siervos de Dios que habiendo enfrentado grandes batallas, necesitan del cuidado de Dios para continuar el camino, un camino largo aun, para continuar esparciendo las buenas noticias de esperanza para la humanidad en Cristo Jesús. La pandemia por el coronavirus fue muy reveladora de la situación de la iglesia, la cual no siempre tiene la agenda de Dios.  Se ofrecen líneas de acción para ministrar eficazmente en la “nueva normalidad”.

Palabras clave

Llamado. Preparado. Estrategia. Templismo.

Introducción

Dios sigue llamando a mujeres y hombres a su servicio. 

Cuando Jesús desarrolló su ministerio en la tierra escogió a un grupo de hombres y les hizo sus discípulos. En su ministerio muchas personas fueron tocadas por su amor, por su misericordia. Nos dicen los evangelios que al recibir buenas noticias o ser sanados de sus enfermedades muchos comenzaban a seguirle o compartían la buena noticia del milagro que Jesús había hecho en ellos. Estos discípulos habían experimentado la obra de misericordia sobre sus vidas y aun sin ser enviados a compartir el mensaje fueron movidos a hacerlo por el gozo que experimentaban en sus vidas.

Cuando Jesús asciende al cielo, el libro de Hechos narra las instrucciones que dejó a sus discípulos para que se mantuvieran unidos y esperaran la promesa del Padre. La llenura del Espíritu Santo capacitó a aquellos hombres y mujeres que vivían con miedo e incertidumbre, y les dio el poder y la autoridad para vencer todo temor y para salir de donde se encontraban escondidos. A partir de esa experiencia estuvieron dispuestos a enfrentar las circunstancias adversas con la seguridad de que Dios les respaldaba a través del poder de su Espíritu.

Elías tuvo que enfrentar a reyes crueles que habían matado y perseguido a los profetas de Jehová, para dar lugar a la idolatría y levantar altares de adoración que indujeron al pueblo a dejar su fe. En la confrontación con los profetas de Baal Dios no dejó a Elías en ningún momento.  Aquellos cuatrocientos cincuenta profetas cortaron su piel y clamaron a sus dioses sin recibir respuesta alguna, mientras solo Elías edificaba el altar para adorar al Dios vivo. En aquel tiempo de sequía, confusión y desorden, Elías pide a Dios que envíe una señal haciendo caer fuego del cielo.  El sacrificio había sido adrede mojado por el profeta y el altar estaba rodeado por agua, pero el fuego de Dios descendió y consumió la ofrenda y hasta el agua que estaba en la zanja (1 Re. 18:38, RV60).

Dios respaldó a Elías y cuidó de él en todo momento, aún en medio de su aflicción y cansancio físico, emocional y espiritual. La experiencia de Elías encerrado en la cueva es semejante a la de aquellos siervos de Dios, que habiendo enfrentado grandes batallas, necesitan del cuidado de Dios para continuar el camino, un camino largo aun, para seguir compartiendo las buenas noticias de esperanza en Cristo Jesús. 

Hoy Dios sigue enviando el fuego de su Espíritu que respalda el ministerio de sus profetas, sigue enviando el fuego que purifica y da poder a hombres temerosos, sigue enviando el fuego para llenar nuestras vidas, para darnos poder y autoridad para vencer toda situación que podamos enfrentar en estos tiempos.

Los discípulos en el aposento alto estaban unánimes y en oración. Elías después de haber vencido a los falsos profetas estuvo oculto en la cueva. Fue un tiempo de búsqueda de la presencia de Dios; un tiempo de dependencia total, el cuál les permitió conocer el propósito futuro de Dios para sus vidas y ministerios.

Lo que reveló la pandemia

La situación de pandemia que nos toca vivir como sociedad, ha dañado la salud, pero también ha golpeado fuertemente la economía, las emociones y la vida espiritual de las congregaciones. La pandemia, de alguna manera ha demostrado, que hay un número de personas que son sólo consumidores y espectadores; que simpatizan con la comunidad de fe, pero no son auténticos discípulos de Cristo. La pandemia nos ha enseñado que los tiempos de Dios y la agenda de Dios pueden no estar acorde a la agenda de la iglesia y su pastor.

En este tiempo Dios nos está invitando a subir al aposento alto, a estar en esa búsqueda del poder de su Espíritu, del fuego que quema todas las impurezas y que capacita a cada discípulo con poder y valor para hacer frente a lo que nos rodea, que infundirá valor para vencer el temor. Elías aprendió que no debía vivir aterrorizado por una reina malvada, así nosotros debemos ser responsables en cuidar nuestra salud, pero sin temor. 

El pueblo de Dios no debe vivir escondido por una enfermedad, enfermedades hay muchas y habrá nuevas. La iglesia de Jesús debe levantarse como Pedro en el pentecostés y anunciar las buenas nuevas del evangelio sin miedo, como Elías ante los profetas de Baal. ¿Eran ellos más valientes que nosotros o el tiempo de su mensaje era diferente al nuestro? Las circunstancias eran diferentes y las amenazas estaban presentes. En el siglo I la iglesia enfrentó una terrible persecución y muchos fueron asesinados, sin embargo, Dios les respaldó en todo momento. En nuestro tiempo, enfrentamos a un virus, pero en el nombre y poder de Dios como siervos y discípulos de Cristo podemos levantarnos respaldados por Dios, siendo responsables en todos los cuidados que nos corresponde realizar.

En lo que sigue, se incluyen cuatro líneas de acción que nos proveerán con herramientas para ministrar eficazmente a las personas pasando esta pandemia, ante la nueva normalidad, desde nuestros ministerios.

1. Redefinir mi llamado

Los tiempos han cambiado y están cambiando de manera vertiginosa gracias a un virus vino a paralizar y reenfocar el estilo de vida que llevábamos como sociedad. No se trata solamente de no salir de casa, sino que hemos tenido que reenfocar todo nuestro estilo de vida, incluyendo hábitos alimenticios, salud física, el manejo de las finanzas. En esta época tenemos que estar preparados para pastorear la iglesia y guiarla según los propósitos de Dios.   

Es importante aprovechar este momento para autoevaluarnos: ¿Estoy sirviendo en el ministerio al cuál Dios me ha llamado? ¿Estoy desarrollado el ministerio dentro del propósito de Dios?

El libro de Jeremías 1:4-10 (NTV) dice:

¨El Señor me dio el siguiente mensaje: -Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté y te nombré mi profeta a las naciones. —Oh Señor Soberano —respondí—. ¡No puedo hablar por ti! ¡Soy demasiado joven! —No digas: “Soy demasiado joven” —me contestó el Señor —, porque debes ir dondequiera que te mande y decir todo lo que te diga. No le tengas miedo a la gente, porque estaré contigo y te protegeré. Yo, el Señor, ¡he hablado! Luego el Señor extendió su mano, tocó mi boca y dijo: «¡Mira, he puesto mis palabras en tu boca! Hoy te doy autoridad para que hagas frente a naciones y reinos. A algunos deberás desarraigar, derribar, destruir y derrocar; a otros deberás edificar y plantar».¨

Estas palabras siguen siendo una verdad para nosotros, Dios al que llama respalda, aun cuando es normal como seres humanos sentir temor a lo desconocido, sentir temor ante una amenaza que anuncia muerte; Dios está con nosotros y nos protege, nos da autoridad para hacer frente a nuestros adversarios y nos cuida de los peligros que la misión demanda. Pertenecemos a Dios, el cuál nos invita a servir en su propósito, en sus planes para este mundo.

2. La importancia de estar preparado

La pandemia nos sorprendió a todos, no teníamos idea de la magnitud del daño y de los cambios que traería a nuestro estilo de vida y a nuestra forma de hacer iglesia. ¿Estábamos preparados para cambios tan radicales? Creo que no, antes de la pandemia su servidor veía como pérdida de tiempo las redes sociales, no invertíamos tanto en tecnología, los hábitos de prevención en la salud no eran los más adecuados y nuestra agenda estaba saturada con muchas actividades que ahora nos hacen cuestionar si estaban dentro del propósito de Dios.

Nuestras generaciones están cambiando y tenemos un abismo entre la generación de los abuelos y la nueva generación. A los que somos pastores esto nos está demandando prepararnos para ministrar a la iglesia de hoy y del mañana, si no, estaremos condenados a perecer. Las iglesias del Apocalipsis sufrieron pérdidas, pero perseveraron. En algunos lugares del mundo las iglesias se están cerrando porque no supieron hacer frente a los cambios en su contexto, países que antes fueron propulsores del avance misionero, ahora se han convertido en áreas de misión. La Palabra debe seguir siendo predicada y la capacitación continua es muy necesaria, pues nos provee de herramientas para ministrar en el mundo de hoy. Si los discípulos somos perezosos y no reconocemos las demandas de este mundo que necesita de Dios, seremos rebasados por las ideologías que dominan la sociedad y no tendremos la capacidad para dialogar con ellas. 

Prepárate espiritualmente. Dice el libro de Josué 3:5 (NTV): “Entonces Josué le dijo al pueblo: «Purifíquense, porque mañana el Señor hará grandes maravillas entre ustedes”. 

Juan Wesley decía que era un hombre de un solo libro, porque meditaba en la Biblia todos los días. La Palabra de Dios era su fuente de sabiduría y partía de ella para estudiar todos los otras áreas del saber. Era hábil y disciplinado para el estudio y la lectura en diferentes temas, pero también disciplinado para cuidar su vida espiritual. Es provechoso que sigamos su ejemplo, comenzar el día delante de la presencia de Dios y terminar nuestro día delante de la presencia de Dios.

Prepararnos espiritualmente significa desarrollar hábitos que fortalezcan y nutran nuestra fe. Cuando nuestros ojos espirituales son abiertos podemos ver las maravillas y milagros que Dios está haciendo a nuestro alrededor.

Prepárate para servir conforme al propósito de Dios. Leemos en Hechos 13:36 (NVI): ¨Ciertamente David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió, fue sepultado con sus antepasados, y su cuerpo sufrió la corrupción.¨

David fue reconocido como un hombre conforme al corazón de Dios. Un joven pastor de ovejas fue escogido por Dios para hacer de Israel una nación y un reino fortalecido. Fue durante el reinado de David que las doce tribus se unieron y conquistaron mayor territorio. Fue un tiempo de guerras y luchas contra los pueblos enemigos pero en medio de todo Dios mantuvo a su pueblo fortalecido. David no fue un hombre sin errores o faltas: cometió pecados, actúo de manera indebida y tuvo faltas a la moral; sin embargo, fue un hombre dispuesto a reconocer sus fracasos y las consecuencias de sus actos; buscó el perdón y la gracia de Dios para su vida y pudo ver grandes maravillas. Prepárate conforme al propósito de Dios. 

Prepárate para hacer frente al tiempo que nos toca vivir. Leemos en 1 Crónicas 12:32 (NVI): ¨De Isacar: doscientos jefes y todos sus parientes bajo sus órdenes. Eran hombres expertos en el conocimiento de los tiempos, que sabían lo que Israel tenía que hacer. ¨

Ante la situación de Pandemia tuve que tomar capacitación de como hablar frente a una cámara, mi equipo se prepara para las transmisiones en vivo y para administrar las plataformas. Todo esto fue clave para continuar trabajando en las áreas de discipulado, capacitación continua, generación de células y otras. 

¡Qué importante es conocer los tiempos para guiar a la iglesia en los propósito de Dios! Debemos estar informados de manera clara y oportuna de lo que sucede en nuestro alrededor, conocer diferentes enfoques de la realidad, tomar capacitaciones que nos ayudan a pastorear a las nuevas generaciones y desarrollar los planes conforme a la agenda de Dios. A veces pensamos que por haber terminado una etapa de estudios es suficiente, pero debemos estar actualizándonos constantemente, buscar estar informados, buscar herramientas para mejorar nuestro desempeño como siervos de Dios.

Prepárate para invertir sabiamente. Dios desea que tengamos una buena estrategia para el ministerio a largo plazo y para ello necesitamos invertir y hacer provisión. Días antes  del cierre de los templos por la cuarentena, una hermana quería proveer económicamente para alguna necesidad en la iglesia. Mi equipo había solicitado una cámara de video de alta resolución y fue eso lo que le comenté a la hermana que podría donar.  Esa cámara nos ayudó a comenzar a transmitir los cultos. ¡Dios se había adelantado a nosotros! El manejo de las finanzas de la iglesia debe hacerse con responsabilidad, pero con la visión de Dios, de esta manera las finanzas llegan a ser un canal de bendición conforme al propósito divino.

3. Buscar la estrategia divina para mi ministerio.

Dios es quien nos llama a servir, él nos respalda cuando estamos bajo su propósito y es nuestra responsabilidad estar preparados y capacitados para la obra. Pero también es Dios quien nos da las estrategias, estas pueden cambiar, pueden contextualizarse, y también en esto tenemos que buscar la dirección del Señor.

Dice el libro de Josué 6:1-5 (NTV): ¨Ahora bien, las puertas de Jericó estaban bien cerradas, porque la gente tenía miedo de los israelitas. A nadie se le permitía entrar ni salir. Pero el Señor le dijo a Josué: «Te he entregado Jericó, a su rey y a todos sus guerreros fuertes. Tú y tus hombres de guerra marcharán alrededor de la ciudad una vez al día durante seis días. Siete sacerdotes caminarán delante del arca; cada uno llevará un cuerno de carnero. El séptimo día, marcharán alrededor de la ciudad siete veces mientras los sacerdotes tocan los cuernos. Cuando oigas a los sacerdotes dar un toque prolongado con los cuernos de carnero, haz que todo el pueblo grite lo más fuerte que pueda. Entonces los muros de la ciudad se derrumbarán, y el pueblo irá directo a atacar la ciudad».¨

Al leer este texto tal vez tú no pienses igual que Dios, posiblemente te costará creer lo que Él te está pidiendo, o incluso dudes de cómo será posible alcanzar la victoria. Quizás pienses: hacer eso es muy fácil, o no creo que eso resulte, o ¿que tiene que ver con lo que deseamos alcanzar? Pero debemos confiar en las instrucciones de Dios, él no descuida ningún detalle. Cuando Dios da las instrucciones el pueblo solo tiene que ocuparse en obedecerlas. Así fue en los casos de Noé, Abraham, Moisés y muchos ejemplos más de la Biblia a quienes Dios reveló su propósito, la meta a alcanzar y las estrategias. Pero en todos los casos, tuvieron que recorrer el camino en fe, fue difícil, batallaron con las dudas, con el temor y con la inseguridad. A otros Dios tuvo que redireccionarlos, tuvo que animarlos, les dio un equipo de apoyo o les envió consejeros.

Dios sigue dando las estrategias, pero debemos estar en comunión y dependencia continua de él.  Cuando surgen dudas, desánimo o no veamos los frutos, Dios nos invita a perseverar, trabajando ardua y esforzadamente y a su tiempo segaremos.

4. Redefinir el concepto de la Iglesia

Con el transcurrir de la historia, las iglesias fueron encerrándose en templos, los que fueron tomando relevancia sobre otros espacios como lugar de reunión y de culto. Este fenómeno, denominado “templismo” está muy arraigado en nuestra tradición, llegando las congregaciones a realizar todas sus actividades dentro de las paredes del templo, incluso los ministerios evangelísticos, atrayendo a las personas al templo para que tengan la oportunidad de conocer a Jesús como su Salvador. 

Esta pandemia nos enseñó que el ministerio de la iglesia no se limita al edificio del templo. La Palabra de Dios es viva y eficaz y puede ser compartida de muchas formas. La práctica de nuestra fe no debe limitarse a un edificio, la iglesia sigue siendo iglesia cuando responde al llamado de Dios siendo proclamadora, cuando comunica el mensaje de salvación a los perdidos. La iglesia es iglesia cuando está llena del Espíritu Santo y glorifica y adora a Dios en todo lugar en espíritu y en verdad. La iglesia no es un templo, sino la reunión de los que han respondido al llamado de Jesús, es decir sus discípulas y discípulos.

Mateo 16:18-19 (TLA) dice: ¨Por eso te llamaré Pedro, que quiere decir “piedra”. Sobre esta piedra construiré mi iglesia, y la muerte no podrá destruirla. A ti, Pedro, te daré autoridad en el reino de Dios. Todas las cosas que tú prohíbas aquí en la tierra, desde el cielo Dios las prohibirá. Y las cosas que tú permitas, también Dios las permitirá.”

Analicemos la enseñanza que este pasaje acerca de la iglesia nos deja ante esta pandemia:

  1. “Edificare mi iglesia” es la gran afirmación de Jesús. El dice, es mí iglesia y Yo la edifico. Es decir la iglesia no va a desaparecer, no va a retroceder ante una pandemia, la iglesia seguirá avanzando por que es la iglesia del Dios viviente. La palabra edificaré comunica la idea de avance no de retroceso, de ampliación en lugar de reducción, de multiplicación en oposición a disminución y de abundantes recursos conforme a las riquezas en gloria de Cristo Jesús. “Dios es el que edifica su iglesia” y nada la detendrá. Podemos vivir confiados en esta promesa, la iglesia saldrá victoriosa porque es la iglesia del Dios todopoderoso, el Dios creador de los cielos y la tierra.
  2. “La muerte no podrá destruirla” o  “Las puertas del hades no prevalecerán contra ella” (RVR1960). La palabra prevalecerá hace referencia a un conflicto o enfrentamiento donde solo habrá un vencedor. La iglesia no está exenta de pruebas y aflicciones, pero la declaración de Jesús es contundente, aun cuando todo el infierno se venga encima de la iglesia para detenerla o destruirla, la iglesia saldrá victoriosa, porque es la iglesia del Dios viviente.
  3. “Te daré las llaves del reino de los cielos” (RVR1960). Esta llave sirve para abrir puertas, es una herramienta que permite el acceso, que abre las puertas de la bendición. Para muchos pastores, inclusive mi persona, en esta pandemia, Dios ha provisto los recursos financieros que necesitábamos para continuar con su obra. La iglesia superará esta prueba y vendrán tiempos mejores, aún en medio de la crisis tenemos que continuar trasmitiendo el mensaje de esperanza. 

Pasado este tiempo, como iglesias volveremos mas fortalecidos. Nos reuniremos otra vez cuerpo de Cristo, como la familia que somos. También regresaremos renovados, habiendo aprendido que la iglesia no es el edificio, sino las personas, que reunidos en nuestras casas o en el lugar donde adoramos a Dios juntos y donde compartimos el mensaje de esperanza, seguimos siendo iglesia. Podemos estar tranquilos porque Dios tiene el control de todas las cosas, podemos vivir con gozo en medio de las pruebas sabiendo que pasada esta crisis retornaremos con una fe fortalecida. Nada detendrá a la iglesia de Jesucristo (1 Pedro 1:7 RVR1960).

Conclusión

Dios respalda a los que ha llamado a su obra. Él nos da visión, estrategias, nos indica su plan, pero requiere de hombres y mujeres esforzados y valientes, que depositan su fe y confianza en Él. Dios  es el dueño y Señor de la iglesia y se encargará de guiarla de victoria en victoria. 


Dr. Elías Betanzos
Con una trayectoria de treinta años de experiencia pastoral, actualmente es el pastor de la Iglesia CAP, una congregación creciente en el sureste mexicano. El pastor Elías sirve también como superintendente del Distrito Oaxaca Norponiente México. 

Bibliografía de consulta
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Nouwen, H. (2014). El Discernimiento. Cómo leer los signos de la vida diaria. SAL TERRAE.

Scazzero, P. (2016). El líder emocionalmente sano. VIDA.

Tayor, R., Grider, K., Taylor,W. (editores) (1984). Diccionario Teológico Beacon. CNP.

Kittel, G., Friederich, G., y Bromiley, G. (ediotres)  (2003). Compendio del Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. CERTEZA.

Publicado enLiderazgoTeología Bíblica