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Autor: Dr. Edesio Sánchez Cetina

EL FRUTO DE LA JUSTICIA ES LA PAZ

Isaías 65:15b-25; 10:13-11:9 A muchos les cuesta reconocer que la paz, como dadiva divina, tiene que pasar por la justicia, y esta es responsabilidad nuestra. No hay manera de echar esa carga sobre otros que no sean los seres humanos. Dios nos regala el don de la paz, pero tenemos que asegurarla con nuestras acciones de justicia, pues eso es lo que nos demanda. Justicia y paz son tareas humanas, pero no pueden hacerse realidad si Dios no está presente en esa acción. La Biblia, obra divino-humana, nos recuerda que solo en la conjugación de esfuerzos divino-humanos se puede lograr una sociedad donde justicia y paz reinen. Los profetas así lo constatan, e Isaías parece ser el campeón de ese tema. Palabras clave Paz, justicia Introducción En el Salmo 82 se afirma que Dios, en un acto de valor divino, se levanta en la asamblea de los dioses y los…

Moisés y la Oración

En el Antiguo Testamento, las oraciones de intercesión casi siempre son hechas por los «líderes» de la familia, de la tribu o de la nación.  Ese papel intercesor del líder va en función directa a su papel de «mediador» entre Dios y el pueblo. La oración de Moisés es transformada por el dolor y la pérdida. Se nos advierte, también, de evitar caer en la tentación de usar la adoración como medio para “torcerle el brazo” a Dios en favor nuestro. No es, pues, raro que el único salmo que lleve el nombre de Moisés sea el Salmo 90.  En este salmo, Moisés expresa todo su pesar y dolor.En Jesucristo, las oraciones intercesoras llegan a su culminación.  En él se ubican también nuestras oraciones, y él nos marca la pauta de la misericordia divina llevada hasta las últimas consecuencias. Palabras clave Moisés, intercesión, oración Introducción La primera parte del salmo…